Rescátame

Un nuevo capítulo en NFPA 1670 ofrece a los socorristas la guía necesaria para efectuar un rescate técnico para animales

Hace dos años, John Haven cenaba con su esposa en su casa de Gainesville, Florida, cuando sonó el teléfono. Era un jefe de bomberos local que llamaba debido a que un perro, que se encontraba en un parque con su dueño, se había caído en un sumidero de 50 pies de profundidad. Los socorristas llegaron a la escena y se prepararon para el rescate, pero el jefe tenía inquietudes respecto del plan, que implicaba improvisar un sistema de cuerda y polea mediante el cual un socorrista bajaría por el agujero y sosteniendo en sus brazos al perro, serían alzados ambos. “Este equipo suyo, podrá hacer algo mejor, más inteligente y más seguro, ¿verdad?” preguntó el jefe. “Por supuesto,” dijo Haven. “Estaremos allí en 30 minutos.”

El equipo de Haven conforma el servicio de Tratamiento de Emergencias Veterinarias de la Universidad de Florida, que forma parte de la Facultad de Medicina Veterinaria, dirigida por él mismo. El equipo de 50 miembros incluye un núcleo más reducido de miembros entrenados en rescate técnico avanzado de humanos y animales, y Haven era parte de la cuadrilla de cinco miembros que respondió al pedido del jefe para ayudarlo con el perro en el sumidero. Previamente, el grupo de Haven había llevado a cabo ejercicios de entrenamiento con el equipo de rescate del condado de Alachua. Los socorristas en escena y el equipo estaban en contacto con el jefe de bomberos mientras llegaban al parque, permitiéndoles considerar la situación en forma global y asignar tareas antes de llegar. Haven describió al jefe el tipo de sistema de aparejos necesario para el rescate, y el jefe le dijo que todo estaría listo para cuando él llegara. De cualquier manera, aún con todo listo , Haven se puso algo nervioso a medida que se acercaba al parque esa noche primaveral. “Es estresante llegar a un sitio de rescate y ver un montón de gente celebrando de repente tu llegada creyendo que todo va a salir bien,” recuerda. “Especialmente con este perro. Yo no sabía si el perro estaba todo quebrado o si había sufrido alguna lesión grave, y no quería estar en una situación en la que se lo devolviera a sus dueños para luego sacrificarlo en frente de ellos, y de cientos de personas y de la prensa. En situaciones como estas, uno se prepara para lo peor, pero espera lo mejor.”

Era la noche del viernes, y el parque estaba repleto de gente cuando llegó Haven. La gente se reunía para ver el intento de rescate, y Haven respiro hondo al acercarse al sumidero. Boca abajo, miró la oscuridad del sumidero con detenimiento, usando su linterna para ver el interior del hueco. El perro, un springer spaniel de 50 libras de nombre Joe, miraba hacia arriba y movía la cola con entusiasmo. “Tenía una mirada juguetona como preguntando,” ¿y? ¡hagamos esto de una buena vez!?’” cuenta Haven.

Luego examinó el sistema de cuerdas y poleas armado por los socorristas y sugirió pequeñas modificaciones. El plan del equipo era el de colocarle un arnés al perro para subirlo, en lugar de hacer que un rescatista sostuviera al animal en sus brazos; si el perro forcejeara o el rescatista perdiera agarre, el perro podría desplomarse por el agujero nuevamente, a riesgo de lesionarse más aún.

Diez minutos después de haber llegado Haven, un veterinario del equipo fue descendido por el interior del sumidero. Diez minutos después, Joe y su rescatista emergieron, el perro sostenido por un arnés naranja. Joe tenía lesiones leves y se reunió con su dueño exitosamente.

Si bien Haven pudo supervisar el rescate para que se hiciera de manera segura y correcta, lo más habitual es que los socorristas llegan a este tipo de escenas con poca o ninguna guía o entrenamiento para efectuar rescates técnicos de animales y sin una idea clara sobre dónde buscar información. Organizar y ejecutar un rescate que minimice el riesgo de daño para la víctima y los rescatistas requiere un amplio entrenamiento, así como una comprensión clara del rol que cada miembro del equipo de rescate debe jugar. Muy a menudo, sin embargo, los socorristas únicamente cuentan con su mejor sentido común para llevar adelante un rescate — un sustituto pobre existiendo métodos comprobados ideados por profesionales experimentados para estas ocasiones.

Pero todo eso está cambiando. La edición 2014 de NFPA 1670, Norma sobre operaciones y entrenamiento para la búsqueda técnica e incidentes de rescate, incluye un nuevo capítulo que detalla el rescate técnico de animales efectuado por rescatistas. “Estableciendo un marco general de las responsabilidades del grupo en el nuevo agregado del capítulo, sobre búsqueda y rescate técnico de animales, los socorristas pueden tener una mejor comprensión sobre cómo manejar ciertos riesgos a los que están expuestos al rescatar animales en peligro,” dice Ryan Depew, enlace de personal del comité técnico de NFPA 1670.

El capítulo es la resultante de un esfuerzo de cuatro años encabezado por Haven, quien dice estar complacido con el resultado. “Sienta un gran precedente que puede ser mejorado en ediciones futuras,” cuenta. “Se siente maravillosamente bien poder ayudar a que todos den un paso hacia adelante y ayudar a salvar animales a la vez de cuidar la seguridad de los rescatistas.”

De humanos a animales

No es el propósito de la NFPA 1670 ser una norma de certificación sobre la técnica de búsqueda y rescate, sino más bien ser como un lineamiento de lo que se requiere de los equipos de respuesta que desean proveer tales servicios. La norma divide la capacidad funcional de los equipos de respuesta en tres niveles: conocimiento, operación y técnico.

A nivel del conocimiento sólo se requiere que el personal se encuentre entrenado para reconocer e identificar situaciones que demandan un rescate técnico. El nivel de operación y el nivel técnico implican el uso de equipo de rescate y de técnicas para efectuar rescates reales, estando el nivel técnico reservado únicamente para estrategias de equipos de rescate más avanzados.

Una vez que la organización ha determinado el nivel de capacidad funcional requerido, la atención se dirige a asegurar que el personal de respuesta esté adecuadamente entrenado y/o certificado en las disciplinas requeridas y que el equipo, como un todo sea capaz de cumplir con esos requisitos establecidos en NFPA 1670.

Por ejemplo, las organizaciones que proveen rescate técnico de animales, realizado por rescatistas con esta especialidad, a nivel técnico, deben también ser capaces de brindar rescate con cuerdas en este nivel. Para obtener estas habilidades, algunos de los miembros del equipo deberán estar entrenados en un nivel avanzado en rescate con cuerdas. (NFPA 1006, Norma para calificaciones profesionales para técnicos de rescate, detalla los requisitos de desempeño, del trabajo de un técnico de rescate con cuerdas de Nivel II y puede utilizarse para entrenamiento y/o certificación.) Si bien no se requiere que todos los miembros del equipo cuenten con un nivel avanzado de entrenamiento, una evaluación de la unidad puede determinar si cumple con los requisitos de NFPA 1670.

El entrenamiento anterior de Haven se enfocó en el rescate de personas, a menudo como parte de actividades de respuesta a desastres. Como sargento de la Fuerza Aérea de los EEUU, fue asignado a hospitales móviles aéreos, instalaciones de atención primaria de emergencia con funciones quirúrgicas, rayos x y laboratorio básico que pueden trasladarse en aeronaves de transporte y enviadas a cualquier parte del mundo rápidamente. Su experiencia en la Fuerza Aérea, así como la experiencia ganada como bombero voluntario, demostraron la importancia de la planificación y preparación, cuenta. “No puedo ser experto en cada tema que me compete,” dice Haven, cuyas tareas como director en la facultad de veterinaria también incluyen la respuesta a desastres. “Aprendí que teniendo un buen equipo y la habilidad de dirigirlo, junto con tener la capacidad de hacer las preguntas correctas, se puede resolver casi todo lo que se presente en el camino.”

Cuando se convirtió en director de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Florida en 2004, la experiencia con la que Haven contaba en el manejo de respuesta a desastres, le resultó útil, ya que pronto se encontró haciéndole frente a una de las peores temporadas de huracanes de Florida. A medida que los huracanes Charley, Frances, y Jeanne se acercaban a la Florida y a otros estados que bordean el Golfo de México, el estado le solicitó a Haven que reuniera un equipo para efectuar búsqueda y rescate técnico de animales, y que brindara cuidados de emergencia para los animales que lo necesitaran.

Durante el Huracán Frances, Haven y su equipo de voluntarios fueron convocados para ayudar en el rescate de numerosos caballos atrapados en zonas inundadas. Con equipos prestados, caminaron con esfuerzo entre el agua que les llegaba a la cintura y sistemáticamente, colocaron cabestros y cuerdas a los caballos, conduciéndolos hacia su seguridad. A pesar del éxito de la operación, Haven se sentía molesto con la experiencia. “Esta era definitivamente una situación que podría haber sido peor— ¿y si hubiera habido mayor profundidad? ¿Y si hubiera habido una corriente significativa?” recuerda. “No contábamos con el entrenamiento ni los equipos adecuados para llevar a cabo el rescate de una manera segura para todos los involucrados. Esta situación hizo que pensáramos en la necesidad de un rescate técnico de animales y en la seguridad de los miembros del equipo.”

En ese entonces, no había códigos oficiales ni lineamientos a los cuales los equipos de rescate podían referirse, con el fin de llevar a cabo rescates técnicos de animales, debiendo los escuadrones de rescate improvisar sus propias estrategias para operar. A medida que Haven comenzó a explorar diversos modos de dar abordaje a la falta de recursos para el rescate técnico de animales, el Huracán Katrina azotó la costa del Golfo en 2005, dando por resultado un desastre sin precedentes y que muchos de los equipos de respuesta a la emergencia simplemente no se encontraban preparados para manejar.

De las tantas historias trágicas que emergieron de Nueva Orleans durante y después de Katrina, pocas provocaban mayor tristeza que aquellas en que el personal de rescate indicaba a las personas que dejaran a sus mascotas en las viviendas destrozadas y en las calles inundadas. Esta política provocó un reclamo nacional, y en el año 2006 el Congreso sancionó la Ley de Evacuación y Transporte de Mascotas, conocida como la Ley PETS, que permitía a las organizaciones federales tales como la Agencia Federal para el Manejo de la Emergencia (FEMA) organizar las necesidades de rescate y seguridad de los animales domésticos en desastres, y reembolsarle a los gobiernos estaduales y locales los costos asociados a estas actividades.

La comunidad de socorristas comenzó a tomar nota. “Katrina fue un catalizador significativo para hacer que toda la comunidad de rescatistas se diera cuenta de que la gente trataba a sus mascotas como a sus hijos, y necesitábamos reconocerlo y dar cuenta de ello en un escenario de desastre y de rescate,” cuenta Haven. “La magnitud de Katrina y el daño ocasionado aumentó de manera significativa esta necesidad.”

Para llevar información sobre rescate técnico de animales a los socorristas, Haven buscó a Richie Wright, un experto en el rescate técnico de personas. Wright también dirige Wright Rescue Solutions, una empresa consultora con sede en Florida que se especializa en cuestiones de cumplimiento seguro de la reglamentación, relacionadas con espacios confinados y otras formas de rescate técnico. Wright entrenó a Haven y a su equipo en un curso de nivel operativo sobre rescate con cuerdas, y en el año 2011, Haven y Wright comenzaron a investigar la aplicación de estas técnicas al rescate de animales.

“Él tenía un interés personal en lo que hacía nuestro equipo y comprendió verdaderamente que podíamos ser un puente entre las dinámicas del rescate de personas y el rescate de animales,” cuenta Haven. “Evolucionó en la forma de una alianza asombrosa.” Desde entonces, Haven y su equipo completaron una capacitación adicional para el rescate técnico de personas en áreas tales como técnico de cuerdas, instructor de cuerdas, técnico para espacios confinados, y técnico de rescate en aguas rápidas. Según Haven, su equipo es uno de los más entrenados en rescate técnico de animales del país.

Wright, un miembro del comité técnico de NFPA 1670, convocó a Haven a participar del proceso de cinco años para la revisión de la norma, que dará por resultado una nueva edición en 2014—la edición que se espera pueda contener finalmente disposiciones sobre el rescate técnico de animales. Wright sabía que los socorristas intentarían colaborar en situaciones tales, aún cuando no contaran con suficiente entrenamiento o cuando las condiciones no les fueran familiares, aumentando significativamente el riesgo de lesiones para rescatistas y animales. “Era algo que consideraba importantísimo que fuera abordado en la nueva edición de la norma,” dice Wright. “Yo sabía que John era quien podía hacer que eso sucediera.”

La creación de un capítulo para el rescate de animales

Para dar abordaje a la necesidad de una guía de entrenamiento oficial dedicada al rescate técnico de animales, Haven comenzó a desarrollar un curso de técnicas de rescate de grandes animales a nivel operativo, que eventualmente se convirtió en el único curso aprobado de FEMA en la materia. “Cuando diseñé las clases para el nivel operativo, lo hice pensando en lo que era necesario para NFPA 1670 y en lo que ya contenía en lo relativo a las personas,” dice Haven. “Iba con la idea fundamental de que únicamente estábamos cambiando de paciente. No puede hacerse nada más ni nada menos cuando estamos moviendo un animal dado que básicamente, es simplemente otra víctima.”

En el año 2012, cinco días después de haber ayudado en el rescate del perro del sumidero de Gainesville, Haven presentó una propuesta de modificaciones al comité técnico de NFPA 1670. “Hice énfasis en la necesidad de desarrollar una norma que diera cabida a elementos de rescate técnico y búsqueda de animales,” cuenta. “Sin una norma, nadie podía estar verdaderamente formado en el tema dado que no había material con el que enseñar ni consistencia respecto de lo que sería el curso.”

El ejemplo del perro en el sumidero remarcó la importancia de lo propuesto por Haven, y el comité comenzó a reunir material para agregar a la norma. Tomando en gran medida material del curso de nivel operativo que Haven diseñó y trabajando con una red nacional de expertos en la temática—en particular Technical Large Animal Emergency Rescue (Rescate Técnico en Emergencias con Grandes Animales), organización que introdujo a Haven en el rescate técnico de grandes animales, y Rescue 3 International, con experiencia en el rescate técnico de pequeños animales—el comité creó un capítulo entero dedicado a los detalles del rescate técnico de animales. El Capítulo 17 y el Anexo K de la edición 2014 da cobertura a un amplio material, desde claves sobre comportamiento animal—tales como la posición de la cola de un gato o de un perro o la postura general de un animal, de modo que los socorristas puedan interpretar el estado mental de un animal en peligro —hasta técnicas utilizadas habitualmente y equipos tales como bozales improvisados, arneses, y una cantidad de equipos diversos. El comité se aseguró que el nuevo capítulo diera abordaje a las respuestas adecuadas para rescates que involucran animales tanto pequeños como grandes.

Haven, ahora miembro del comité técnico de NFPA 1670, y sus colegas, son optimistas respecto del futuro del entrenamiento en relación al rescate técnico de animales. Dice que el nuevo material en la norma ayudará a propagar el entrenamiento. “Todos compartirán una comprensión del mismo material,” dice. “Esto permitirá más programas de entrenamiento y la obtención de fondos para formar a otras personas, lo que a su vez permitirá más programas disponibles para rescatistas.”

Haven y el resto del comité ya están considerando formas de mejorar la norma en el próximo proceso de revisión. El comité está debatiendo maneras para alinear de manera más adecuada NFPA 1670 con NFPA 1006, Norma para calificaciones profesionales para técnicos de rescate, y NFPA 1983, Cuerdas de seguridad humana y equipamiento para servicios de emergencia. Al hacerlo, la próxima edición de NFPA 1670 establecería de manera clara los roles necesarios para llevar adelante rescates y asegurar que el equipamiento necesario para el rescate técnico de animales sea lo suficientemente fuerte como para soportar cargas pesadas.

A pesar de sus años de trabajo en el proyecto, Haven mira hacia atrás a la época del proceso de NFPA 1670 y siente un profundo orgullo. “Creo que el primer intento de implementar el rescate técnico de animales en la norma anduvo muy bien”, dice. “Tuvimos mucho apoyo de la comunidad de rescate de incendios, y creo que esto demuestra que este tipo de contenido era algo que la gente de esa comunidad necesitaba que se agregara. Tuvimos la posibilidad de reunir un gran grupo de personas que hicieron de esto una prioridad.”

Ryan McGinnis es pasante en el departamento de relaciones públicas de la NFPA y estudiante del programa de periodismo en Northeastern University.

Patadas, mordidas + rasguños

Parte del material cubierto en el nuevo capítulo sobre rescate técnico de animales en NFPA 1670

+ Claves de comportamiento para una amplia gama de animales, incluidos perros, gatos y caballos

+Cómo elaborar un bozal de rescate improvisado

+Cabestros de cuerda de emergencia para caballos y otros animales grandes

+ Métodos utilizados para asegurar y mover grandes animales, incluidas cuerdas, mangueras, amarres, cabestrillos y otras técnicas

+ Cómo utilizar un sistema portátil de vallas para contener y direccionar animales

+ Riesgos especiales que se presentan al manejar animales en situación de rescate, incluidas mordidas, patadas, rasguños y otras amenazas

+ Equipos de protección personal para socorristas

+ Cuándo considerar el uso de sedación de animales

+ Configuraciones de arneses para perros y otros animales pequeños

+ Visión global de rescates en lodo y riesgos tanto para animales como para sus socorristas

+Cómo manejar accidentes con remolques que contienen animales

+ Cómo medir el peso de un animal utilizando cinta de pesar

+ Cómo hacer un amarre de cola para direccionamiento, manipulación de la parte trasera y asistencia de grandes animales ejerciendo fuerza en posición vertical 
Source: https://www.nfpajla.org/archivos/exclusivos-online/bomberos-socorristas/1157-rescatame

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